Pensar Socialista - Editoriales

Pensar Socialista en Argentina. Ideas, proyectos y construcciones sociales

En el macro del Programa de Reconocimiento Institucional de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, se presentó un proyecto centrado en el estudio de la valoración de las ideas socialistas en la historia argentina.
Los análisis se desarrollarán básicamente en la perspectiva de la reflexión histórica-teórica y filosófica, sobre una muestra representativa de los más destacados integrantes de la intelectualidad del pensamiento socialista argentino desde la Revolución de Mayo a la Actualidad, entre los cuales se cuentan filósofos, escritores, educadores, políticos, etc.
Como estrategia metodológica se realizará una periodización histórica, a fin de abordar expresamente los exponentes intelectuales que hayan tenido suficiente influencia en cada lapso convencional que se configure, a partir de ciertas tendencias nacionales e internacionales.
A partir de ello, delimitar la relación entre las ideas y proyectos concebidos por los pensadores socialistas y su relación con las construcciones sociales derivados de los mismos.
Esperamos con este humilde aporte intelectual contribuir al avance del socialismo en Argentina

Ricardo Romero y Jorge Tula (post mortem). Directores.

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lunes, 25 de enero de 2010

[Pagina12WEB] Noticia enviada por Ricardo Romero

El país  |  Lunes, 25 de enero de 2010
Opinión

Como un juego de ajedrez

Por Ricardo Romero *

El atrincheramiento de Martín Redrado, convertido en un acérrimo defensor de la ortodoxia del pensamiento neoliberal, activa la contienda política entre un oficialismo parapetado en defender al rey (o reina en este caso) y una oposición con muchas piezas clave, pero sin un jugador que se apropie de la partida.

Es claro que el debate económico entre quienes quieren mantener la ortodoxia e independencia del Banco Central, dejando al Gobierno a la suerte de sus cuentas fiscales, y los que priorizan mantener cierto nivel de empleo y contención social, utilizando ahorros de la Nación, no es el principal punto.

De hecho, la oposición no cuestiona la utilización sino el procedimiento por el cual se usan las reservas. Al pedir la intervención del Congreso, quieren marcar la presión sobre la reina, anulando el juego de sus piezas, acorralándola.

Hasta aquí están todos unidos, pero se fragmentan en la estrategia del juego. Mientras algunos quieren un jaque mate inmediato, que implica Cobos presidente, otros prefieren un juego largo, al menos hasta 2011, para pensar otra alternativa.

Esta situación tiene sus contradicciones, porque un putsch institucional puede ser inmanejable para Cobos: recordemos que su rol en la 125 fue más fortuito que buscado, y el intento de acorralamiento puede provocar el ahogo de la reina, que implica tablas, por ende nadie gana, o deja el resultado a un eventual ballottage.

De hecho, la hipotética "126" está en otro contexto, el peso del sector agrario no está presente en las calles, y la lucha se da en forma superestructural al interior de las instituciones de la República (primero Ejecutivo vs. Judicial y luego con la participación del Legislativo), donde por ahora el pueblo está ausente.

Para contrarrestar la partida, el Gobierno tiene como desafío para este 2010 generar un escenario donde comience a pesar la nueva dinámica económica, producir acciones que fragmenten la tendencia de alianza de los opositores y, en ese sentido, impulsar políticas y espacios de gestión, como la asignación universal por hijo, que vuelvan a pensar un gobierno abierto, diverso y, por sobre todas las cosas, sensible a las demandas sociales. De esta manera se podría enfrentar un 2011 con una perspectiva de seguir profundizando los cambios.

* Politólogo UBA/Unsam, Centro de Cultura y Debate Socialista.

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viernes, 8 de enero de 2010

[Pagina12WEB] Noticia enviada por Ricardo Romero

El país  |  Sábado, 9 de enero de 2010
Panorama económico

Independencia

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Por Alfredo Zaiat

El concepto de independencia del Banco Central se ha instalado en el debate económico como un valor por encima de las instituciones democráticas. Es una idea que permite ocultar la influencia que ejerce el poder financiero sobre las autoridades de la entidad monetaria. Se trata de una concepción conservadora y corporativa del diseño de la política económica que la ortodoxia ha conseguido imponer en el sentido común de la sociedad. Tan contundente ha sido ese logro que hasta dirigentes del centroizquierda la defienden en peculiares alianzas discursivas. Resulta misterioso ese triunfo cultural de considerar la independencia del Banco Central como una estrategia sensata. Dos antecedentes recientes enseñan que esa autonomía provoca fabulosos descalabros económicos y sociales. Esa independencia, o sea tener la capacidad de instrumentar una estructura normativa de escaso control a los bancos y favorable a los intereses de los banqueros, estuvo en su máximo apogeo al momento de desencadenarse dos crisis extraordinarias: la debacle de Wall Street con la crisis subprime y el derrumbe bancario en Argentina con el corralito y la pesificación asimétrica. Estos antecedentes deberían abrir el cuestionamiento a la "independencia" del Banco Central.

Si se quiere una idea conservadora, antipolíticas y de preservación de intereses de minorías privilegiadas, no hay que buscar mucho. Se encuentra en la expuesta con la "independencia" del Banco Central. En su esencia, considera que los gobiernos tienen objetivos de corto plazo y, por lo tanto, tentados a la demagogia. Para frenar esa tendencia de los políticos a impulsar estrategias expansivas, que implicarían acelerar el descenso del desempleo o disminuir la tasa de interés para ampliar el crédito productivo, se necesita de un factor de contención de esos "despropósitos" económicos. Con aura de técnico experto, alejado de las miserias del mundo terrenal, emerge entonces el economista ortodoxo que reúne las características para ser seleccionado para ejercer el cargo de presidente del Banco Central con posterior ratificación del Senado. Ese funcionario tendrá la misión de limitar el riesgo de ese eventual desequilibrio que derivaría en inflación provocado por las ambiciones de los políticos.

De esa forma colisiona la supuesta irresponsabilidad cortoplacista de políticos contra la prudencia de economistas que dicen saber cómo evolucionarán las variables, en especial la inflación, si no se respetan ciertos equilibrios macroeconómicos. Esa concepción considera que las máximas autoridades de un gobierno estiman que su suerte electoral depende del nivel de actividad económica y el empleo. Por ese motivo, demandan políticas monetarias expansivas, medidas que una banca central debería resistir si es "independiente" para evitar un proceso inflacionario. Así se constituye en forma indirecta, a través de la estrategia monetaria, un dispositivo conservador de la política de ingresos dado que institucionaliza la amenaza de una mayor desocupación en el supuesto de que no se verifique una limitación en materia salarial, que en caso de excesos provocaría inflación. Para la visión ortodoxa la misión única de la banca central es preservar el valor de la moneda y la inflación es su principal enemigo. Toda la política económica debe estar subordinada a esa meta. Así el presidente del Banco Central se convierte en la figura rectora de la gestión económica. En la práctica y llevado al extremo, es la constitución de un poder autónomo dentro del espacio de gestión del poder político. Un ministro de Economía no necesita el aval del Senado para su designación ni para su remoción como establece la Carta Orgánica del BCRA para su presidente. Y ambos tienen sus respectivas cuotas de responsabilidad sobre la gestión del rumbo de la economía. Pero el titular del Palacio de Hacienda tiene la máxima y no goza de esos mecanismos institucionales de protección del presidente del Banco Central. De ese modo se ha ido consolidando la inconsistencia de otorgar autonomía a un área fundamental para el diseño de una política económica coordinada. El Banco Central se ubica en el lugar de confiable para los agentes económicos cuando su conducción interviene según su parecer, aunque estuviera en contradicción con la estrategia gubernamental. Esa credibilidad significa en los hechos que la autoridad monetaria se desprende de la responsabilidad inmediata con respecto al desarrollo de la economía real. La "independencia" se entiende como la facultad del presidente del Banco Central, desde el punto de vista institucional y práctico, para tomar las decisiones que considere más acertadas, sin previa ni posterior interferencia de ninguna otra autoridad. Resulta peculiar este pensamiento sobre la calidad institucional que coloca en un segundo plano la calidad de la representación democrática. Un rasgo característico de esa corriente es "que tiende a considerar a los gobiernos electos como agentes insensatos, ineptos y oportunistas; en tanto considera a las autoridades monetarias como agentes sensatos, idóneos y consustanciados con los intereses de los ciudadanos", explican los economistas Martín Abeles y Mariano Borzel, en el documento del Cefid-Ar Metas de Inflación: implicancias para el desarrollo. Para agregar que "la propuesta de independencia de la autoridad monetaria conforma, desde la perspectiva teórica de, por ejemplo, la ciencia o la filosofía política, un esquema institucional manifiestamente 'elitista' que, al independizar a la autoridad monetaria de los gobiernos electos, excluye al soberano (electorado) de toda influencia sobre uno de los resortes fundamentales de la administración macroconómica". Sólo la presencia dominante del pensamiento ortodoxo en la esfera de la economía puede sostener ante la sociedad ese contrasentido.

La evidencia empírica de las últimas dos décadas ha mostrado que esa forma de organización ha provocado mayores descalabros económicos que la inflación en el nivel de actividad y del empleo. Los banqueros centrales de la realidad, no los que se esbozan en marcos teóricos, no poseen el poder sobrenatural de ordenar las variables económicas que le brindaría la independencia del gobierno. El caso más paradigmático ha sido el del otrora poderoso presidente de la Reserva Federal (banca central estadounidense), Alan Greenspan. El hombre de las finanzas mundiales de los noventa con su "independencia", la reverencia del poder político y las alabanzas del mundo financiero fue perfeccionando un sistema de casino global. Ese mercado especulativo a escala mundial explotó con la crisis de las hipotecas subprime. La caída del Muro de Wall Street, que precipitó la mayor recesión mundial desde el crac del '29, dejó en evidencia la profunda debilidad de ese cuadro teórico acerca del funcionamiento del Banco Central.

Otro caso impactante, por el elevado costo económico y social de la "independencia" de la entidad monetaria, fue la convertibilidad, con el desenlace del corralito y la pesificación asimétrica. La experiencia histórica revela que las caídas del Producto durante el ciclo recesivo son más pronunciadas cuando mayor sea la independencia de la banca central. Esto se verifica porque las autoridades de la entidad monetaria sobreactúan su firmeza frente al poder político, que reclama flexibilidad para superar rápido la crisis, para defender lo que consideran su "credibilidad" e "independencia".

La banca central debe estar al servicio del crecimiento económico y del empleo, con tasas bajas que alienten la inversión, y cuidando de ese modo el valor de la moneda. Este se protege cuando la tasa de inflación está controlada, a la vez que se fortalece con el vigor de la actividad económica. Estos múltiples objetivos requieren de coordinación de la política fiscal, de ingresos y monetaria con sintonía fina de la gestión económica global. La independencia del Banco Central atenta contra esa forma alternativa de funcionamiento y organización de la economía cuyo objetivo es el interés general.

azaiat@pagina12.com.ar

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domingo, 3 de enero de 2010

EL OTRO LADO DEL DAKAR. Rechazo del Diputado Basteiro

 Cuando el Dakar se carga la mochila para recorrer dos países debiera al menos cumplir con las leyes. Regularmente nadie pregunta nada y el mundo Dakar termina en una realidad de representación de algo que no existe: la protección del ambiente. Ayer la actividad comenzó temprano en el denominado “Village Dakar”, y no hay cifras concretas de asistencia de público en la largada. Pero la contracara es que de a poco se van sumando voces que se oponen. En este sentido el diputado nacional Ariel Basteiro rechazó la realización del Dakar 2010 entre Argentina y Chile y advirtió que es de suma irresponsabilidad permitir la realización de esta competencia sin haber realizado los estudios ambientales correspondientes. “En una época como la nuestra, caracterizada por el cambio climático y las consecuencias que día a día esto tiene sobre millones de personas en todo el mundo, seguir dañando el ambiente por el mero hecho de privilegiar una carrera que tiene sobre todo un interés económico es más que preocupante”, expresó Basteiro. Por su parte el director de la organización mendocina Oikos, Eduardo Sosa, precisó que el año pasado el Dakar produjo “desmonte y ensanchamiento de los caminos” y señaló que el paso de la caravana por las dunas de El Nihuil –zona apreciada por los pilotos por sus trampas de arena– podría “afectar los humedales conectados y la vegetación que fija las dunas”. Para Basteiro el tema es la ausencia o poco interés desde el estado para controlar. “La protección de los recursos naturales es una obligación ineludible de quienes han sido elegidos como representantes del pueblo. No sólo porque así lo manda la Constitución Nacional, sino porque lo determina la más elemental de las éticas, el respeto a la condición humana y la necesidad de pensar en las generaciones futuras de argentinos y argentinas”, señaló Basteiro. En este sentido, mencionó que trabajarán en un proyecto para impedir en el futuro este tipo de ataques al medio ambiente. El pasado año, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto presentado por Basteiro repudiando la realización de una competencia de similares características en la provincia de La Rioja. Otro antecedente pre Dakar fue en Villa Gesell. Con el intendente ausente sin aviso se realizó una carrera que recorrió la zona que el partido tiene como reserva. En este sentido fuentes consultadas dijeron que “al intendente no le importa la reserva”. Por su parte el biólogo Raúl Montenegro, de la Fundación para la Defensa del Ambiente de Argentina (Funam), afirmó que “el impacto es difícil de predecir, porque no es como un rally convencional que se corre por un camino, sino que pueden cambiar el recorrido y se convierte en un impacto de franja muy fuerte”.

Blog del Proyecto Lemu. Nota del Otro Dakar

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